Eso fue casi una transfiguración espiritual, ella veía su número telefónico, el no movía el dedo pulgar que presionaría ese botón, después de un par de horas y a esos kilómetros/años de distancia nadie escucho su voz, al día siguiente se repitió el ejercicio, solo cambiaron papeles; él miraba el número telefónico ella con su dedo en la tecla, justo cuando decidió olvidar, él marcaba y los años se fueron a la mierda, ellos, solos, supieron escudriñarse los adentros.
Planificaron no hacer planes, irse un día a vender artesanías a un país de Centroamérica dejar todo a suerte; aprendieron malvares ya en camino, fundieron sus oficios para vender telas repletas de acrílico y versos baratos, se cansaron de oírse a sí mismos y a sus pasados, encendieron una fogata en su apartamento, abrieron las ventanas para ver la atareada ciudad, se dividieron para absorberse.
A la mañana siguiente, después de apuñalar los años partieron de nuevo, partieron con los ojos brillantes y las manos temblorosas porque querían volar de nuevo…
Me pusiste la piel de gallina :)
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