viernes, 21 de enero de 2011

Las palabras se suicidan

“Pero hace tanta soledad
que las palabras se suicidan”
Alejandra Pizarnik

A Vania Vargas;
a manera de agradecimiento


Creo, haber estado antes aquí , las calles presionan los hemisferios del cerebro y las avenidas se me insertan como agujas oxidadas por el cuerpo, mi madre que se aleja y un horizonte que se derrite.

Sabes, de aquí uno no sale , me dijo antes de empinar su trago, lo llevo aquí… señalando su corazón , luego nos callamos mientras todos celebran algo.


Esa inevitable tristeza no invadió, reírnos de nuevo con cara de aquí no paso nada(era habitual).
Te lo dije vos, las cosas hay que afrontarlas, puso de inmediato una arma sobre la mesa, hay que seguir, quedarnos aunque sea por curiosidad, para ver qué onda… acerrojo su Česká zbrojovka , hablo un poco de bukowski y de Asturias, de cómo darle un buen trancazo en el hocico a la vida y de aprender a llorar por absorción, tene es tu oportunidad. Los presentes no se inmutaban al verla jugar con los cartuchos que había sacado del cargador, los puso en sobre el salero, tomo uno usando como pinza sus dedos pulgar e índice y lo dejo caer en mi vaso.

Mirá vos, la vida se sale a buscar, se pierden muchas, no se encuentra, te topas con esta. Hacia círculos con el dedo entre la sal y las balas, levantamos la vista todos continuaban riendo, me señalo con la mirada mi reflejo en uno de los espejos de restaurante de comida china, ya te dije. Sorbió la espuma de su vaso de cerveza recién servida, apunte a mi reflejo con el arma que hacia ratos posaba en mi mano, lleve mi dedo índice hasta el disparador, tembloso no pude destruirme aun le tengo miedo a la vida…